No pasará día en que no escuchemos o leamos en los medios de comunicación el análisis económico de esta u aquella empresa en la que se menciona su situación patrimonial. En la mayoría de los casos la situación de la empresa viene caracterizada fundamentalmente por lo que es el tema de la anotación de hoy: los recursos propios y ajenos (también fondos propios o ajenos).
Se trata de indicadores de la salud financiera de la empresa y nos dan un dato muy clarificador sobre las posibilidades de desarrollo de la misma tanto a corto como a largo plazo. Si los datos no son positivos se verán reflejados en desequilibrios en las cifras de recursos disponibles enfrentadas con los compromisos de la empresa.
Como siempre hacemos en estos casos la primera consulta para determinar detalles concretos de lo que intentamos entender debe ser una parada junto al diccionario. En este caso esto es lo que nos dice para recursos propios:
De los que dispone la empresa por participación de los accionistas. Las partidas principales son: capital y reservas. En la actividad bancaria, los fondos propios revisten el mayor interés, dado que sirven para determinar las posibilidades de expansión de los bancos
Y en el caso de recursos ajenos:
De los que se vale la empresa para completar con dinero externo la propia disponibilidad monetaria. Suelen estar constituidos por: acreedores, bancos, efectos a pagar, etc. En la actividad bancaria cubre todos los fondos depositados en un banco por sus clientes. Representan el grado de confianza que estos tienen en aquél. Es la partida más importante, ya que marca las posibilidades de que dispone el banco para realizar operaciones de préstamo.
Conseguir el equilibrio entre recursos propios y ajenos no es una ciencia exacta. En general parece extendida la opinión de los expertos que apoyan una mayor presencia de recursos ajenos frente a propios por ser sus costes inferiores. Como en todo: dependerá de la situación el obrar correctamente.
En un ejemplo fácil podríamos decir que si un par de amigos montan una empresa en la que el socio A aporta una nave y el socio B aporta un millón de euros para comenzar la actividad, esto serían los recursos propios de la empresa. Si además esta sociedad pide un préstamo al banco por otro millón de euros, este nuevo dinero sería un recurso ajeno pero también utilizado para conseguir el buen progreso del negocio.
Ya sé que es un ejemplo excesivamente sencillo pero debemos intentar simplificar cualquier cosa compleja a algo más simple si conseguimos que nos de una idea general del funcionamiento.
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